La ponencia de la periodista japonesa Kioko Shikaze sobre la pasión nipón por lo jondo, demuestra “la universalidad del flamenco”. Esta tarde, el programa se completa con las conferencias de los expertos José Manuel Gamboa y Juan Verdú.
La segunda jornada del IV Congreso Universitario de Investigación sobre flamenco ha puesto sus ojos en Japón y los Países Bajos, y en la afición y el conocimiento que hay en estas naciones sobre el arte de lo jondo. La primera de las ponentes, la japonesa Kioko Shikaze, ha resaltado la tradición flamenca en el país nipón desde que en el año 1929 vieran bailar a la Argentina. Fue esta bailarina de danza española, que también se inclinó por el flamenco, la que sembró el germen de lo que se ha convertido en una verdadera pasión por el flamenco, y que alcanzó su máximo esplendor en la década de los sesenta, cuando se intensificó la interacción entre artistas de ambos países.
Algo parecido le ocurrió a Kioko Shikaze, ponente de la conferencia “Flamenco y Japón”, cuando vió actuar por primera vez a la Compañía de Antonio Gades. Era 1986, y decidió dejar su trabajo en el mundo de las finanzas en la ciudad de Osaka, para cambiar su residencia a Sevilla y convertirse en Doctora de la Universidad de Flamenco y corresponsal de la revista especializada Paseo Flamenco. Esta periodista está vinculada al Festival del Cante de las Minas desde 1990.
Kioko Shikaze ha querido trasladar a los alumnos del Congreso “el intercambio cultural que existe entre Japón y España, con artistas de ida y vuelta”, y ha mostrado a través de material audiovisual el trabajo que desarrollan los artistas de su país, “tomándose muy en serio su trabajo, lo que refleja que el flamenco es algo universal y en todo el mundo se practica”.
Japón fue el país que recibió en 2010 el Premio Catedral del Cante en su segunda edición, reconociendo así las más de tres mil escuelas donde se imparte flamenco, con más de 100.000 alumnos. Años antes, en 2002, otra japonesa, Yoko Komatsubara, máximo exponente del baile flamenco en el país nipón, actuó de pregonera del Festival unionense.
Japón será también uno de los países que se convertirá en sede permanente y estable del Festival Internacional del Cante de las Minas en el extranjero, pues desde la Fundación Cante de las Minas se están dando los pasos necesarios para conseguirlo a través del proyecto Las Minas Flamenco Tour, que se desarrollará en los próximos años.
La mañana de la segunda jornada del Congreso se ha completado con la proyección del documental “El cante bueno, duele”, dirigido por Ernestina Van de Noort y Martin Van Beenen, producido por la Bienal de Flamenco Países Bajos y la NTR televisión. El documental fue grabado en 2010 y estrenado en 2011 en Holanda, y según Van de Noort, “trata de dar a conocer el flamenco en mi país”. En la realización de la cinta, ha añadido, “viajamos hasta Jérez de la Frontera, donde Moraíto Chico ejerció como anfitrión, presentándonos a su familia y enseñándonos las raíces de su arte in situ”. Sin embargo, y como consecuencia del empeoramiento del estado de salud y posterior fallecimiento de Moraíto, la película quedo inconclusa en su enfoque original, pero, reconoce su autora, que “tan sólo cambió el punto de vista, no así su finalidad”, que no era otra que difundir el flamenco en Holanda y, “enseñar algo tan hermético a priori”, pero que “se ha convertido en una conexión con otras iniciativas que se están llevando a cabo en mi país y que complementan a la Bienal de Flamenco Países Bajos -del cual Ernestina es fundadora y directora- que celebra ya su cuarta edición y reparte por cuatro sedes (Amsterdam, Rotterdam, Utrecht y La Haya)”.
El programa de esta tarde se completará con la ponencia de José Manuel Gamboa, relevante figura de lo jondo y agitador flamenco, bajo el título “Antológicamente. Historia de las antologías discográficas flamencas”, y la del flamencólogo y director del festival Suma Flamenca, Juan Verdú, titulada “El Renacimiento del flamenco en Madrid: 1980-2000 y sigue”. El programa de actos se cerrará con la presentación del disco Azafrán, del guitarrista y compositor Antonio Muñoz Fernández (Bordón Minero 1989 y guitarrista oficial del Festival Internacional del Cante de las Minas), en el Salón de Actos de la Casa del Piñón.
Por otra parte, la jornada inaugural de ayer jueves se cerró con la conferencia del periodista, escritor y profesor Antonio Parra, sobre “El flamenco a través de la novela y las crónicas de viajes: 1850-1930”. Antonio Parra hizo un recorrido por la novela y las crónicas de viajes de los siglos XIX y XX, recogiendo los fragmentos más relevantes de la literatura, “una de las fuentes ineludibles para conocer la historia del flamenco”. Como señala el mismo Parra, “además de la oralidad conocemos la historia del flamenco a través de la prensa y los viajeros extranjeros que venían a España en busca de una forma de vida auténtica y casi salvaje”. Aunque, salvo contadas excepciones, contenían tintes despectivos o peyorativos, mostrando una realidad algo distorsionada. Tal y como reconoce el ponente, “conocemos la historia del flamenco a través de los propios antiflamencos”.
Autores como Salvador Rueda y, por influencia de éste, Rubén Darío, empiezan a denotar los aspectos positivos del arte flamenco y preludia al s. XX como etapa a partir de la cual comienza a respetarse y dignificarse el flamenco en la literatura. Sin embargo, gracias a estos relatos, más o menos fidedignos, “el flamenco y su estilo de vida obtuvieron una gran difusión y abrieron la puerta para que otros muchos se adentraran a conocerla”.
Después de la conferencia de Antonio Parra, se realizó una visita al Parque Minero de La Unión, con un recital flamenco del ganador de la Lámpara Minera del año pasado, Ricardo Fernández del Moral, en la Mina Agrupa Vicenta, el cual, realizó un recorrido por nuestros cantes levantando al público de sus asientos al terminar su actuación.